La salud del cuerpo

Hay distintas dimensiones que contribuyen a mantener o a recuperar la salud y el bienestar tales como el cuerpo, la mente, las emociones, las relaciones sociales, la red afectiva, los recursos económicos, la espiritualidad, etc.

Si miramos a la persona como un “organismo-en-su-entorno”, como un ecosistema integrado, podemos distinguir tres grandes dinámicas:

  • El flujo o intercambio de materia
  • El flujo o intercambio de energía
  • El flujo o intercambio de información

En esta oportunidad me centraré exclusivamente en algunas variables importantes que contribuyen a prevenir la enfermedad y sostener la salud del cuerpo biológico, y cómo ese cuerpo (cuando se encuentra bien) hace un aporte fundamental al bienestar integral de la persona.

Empezaremos por el intercambio de materia más importante con el entorno: la respiración. Si se hacen los cálculos de intercambio anual en peso es más importante que la nutrición misma. La respiración ha sido bastante desatendida en occidente a pesar de que respiramos entre 6 y 8 millones de veces por año. Solo recientemente se ha logrado re-posicionar la contribución de la respiración en nuestra salud.

En la historia del yoga y las artes marciales la respiración siempre tuvo un rol protagónico coordinada de manera armónica con el movimiento, la fuerza y la energía.

Aun sin los conocimientos actuales de fisiología, ya se conocía desde hace cientos de años el efecto de relajación y/o de la activación derivados de manejar la cadencia, el volumen, la fuerza aplicada en la exhalación o inhalación, así como la duración de la retención de la respiración (con y sin aire en los pulmones).

El mismo ejercicio, posición o movimiento, cuando es ejecutado con los pulmones llenos o con los pulmones vacíos (solo con su volumen residual), cambia de manera significativa lo que ocurre con el cuerpo: su posición, su alineación, su capacidad de elongación, presión sanguínea, pulsaciones cardíacas, vasoconstricción o vasodilatación, etc.

Dominar las bases de respiración y todas sus potenciales aplicaciones es de suprema importancia para la salud y el bienestar.

El segundo elemento a considerar dentro de la salud del cuerpo es la nutrición. En el flujo de intercambio de materia consideramos tanto lo que ingresa como lo que egresa del cuerpo en tanto sistema físico abierto: cuando respiramos, comemos, bebemos, excretamos (heces, orina, transpiración) o secretamos (lagrimas, saliva, sebo, etc.).

La comprensión de lo que se hace y la disciplina para seleccionar la calidad y la cantidad de lo que comemos y bebemos, son absolutamente críticas para evitar las enfermedades en el largo plazo.

La comida rápida y la ultra-procesada suele ser pobre en micronutrientes y muy generosa en calorías, con un gran número de productos químicos agregados durante el proceso de industrialización (muchos nocivos o de dudoso efecto a largo plazo). La combinación de una nutrición descuidada, con químicos artificiales, calorías altas e índice glucémico elevado, correlaciona con sobrepeso, obesidad, diabetes, cardiopatías, cáncer y trastornos metabólicos de distinto tipo.

Quiero hacer un pequeño apartado para recordar especialmente la importancia dela hidratación que, si no la destacamos por separado, suele perderse dentro de la nutrición pero es un capítulo fundamental. Simplemente resaltar y recuperar el valor del agua pura (sin nada agregado). En calidad y cantidad adecuadas para asegurar el correcto funcionamiento de todos los sistemas fisiológicos.

El sobrepeso y el sedentarismo logran siempre un “trabajo de equipo”. Tengo sobrepeso porque no hago ejercicio y no puedo hacer ejercicio porque tengo mucho sobrepeso. Un círculo vicioso que es necesario desarticular.

Los beneficios de hacer ejercicio con regularidad están bien documentados en la bibliografía científica desde hace ya muchas décadas, y solo se siguen incrementando los hallazgos que refuerzan positivamente esta idea.

Mantener un balance consciente entre el nivel de actividad física y el tipo de dieta resulta clave para evitar el aumento de peso y para mantener la salud evitando la ingesta de productos pro-inflamatorios, que causan estrés oxidativo, que contienen químicos sintéticos, conservantes, colorantes, harinas o azúcares refinados, y un largo etcétera.

Otra cosa que pueden notar es la importancia de expandir el nivel de consciencia. Esto atraviesa a todos hábitos saludables. Se trata de superar la etapa del mero conocimiento o entendimiento intelectual, superar la etapa de la resonancia emocional con el tema, para finalmente encarnarlo en acciones efectivas y sostenidas en el tiempo (perseverancia y disciplina).

El siguiente elemento de la corporalidad que quiero incluir es el ayuno (fasting) de solamente agua. No es necesario un ayuno extenso, con 24 o 36 horas ya es suficiente para observar sus múltiples beneficios. No solamente para controlar el peso y utilizar grasa, sino también para permitir que el cuerpo elimine substancias nocivas por autofagia y reorganice su microbioma.

Al igual que con el ejercicio y con la dieta, NO se puede improvisar o hacer locuras con el ayuno. Esto debe seguir una secuencia progresiva y bien planificada. Cuando existen enfermedades, condiciones crónicas, uso de medicaciones, un estado físico pobre, edad, sobrepeso, presión alta o baja, etc., puede ser motivo para que uno NO deba practicar una cierta dieta o un tipo de ejercicio o el ayuno. Antes de comenzar hay que consultar al médico. Ser in-consciente va en contra de la consciencia que buscamos expandir y, más importante, en lugar de mejorar nuestra salud la puede llegar a empeorar.

Otra importante contribución a la salud del cuerpo es la meditación o mindfulness. Además de reducir el estrés, enfocar la mente y evitar pensamientos y emociones negativas, también disminuye la ansiedad, mejora la calidad del sueño y reduce la inflamación.

El último factor que contribuye a la salud corporal es el propio descanso. Descanso en el sentido de la calidad y cantidad de sueño, y también, descanso en el sentido de recreación y desconexión del trabajo (rutina, estrés). Prestar atención a cómo duermo, cómo utilizo los fines de semana y las vacaciones. Chequear si efectivamente me logro desconectar y hacer cosas diferentes, enriquecedoras y complementarias al trabajo o simplemente tengo las mismas preocupaciones del trabajo pero en otro lugar.

Con esto quisiera cerrar este breve análisis de los aspectos más importantes que hacen a sostener una buena salud corporal recordando que el cuerpo no existe como una “entidad separada” de la mente, de los pensamientos, de las creencias, de las emociones, de las relaciones con los otros, de la espiritualidad o incluso del entorno físico. La persona es un continuo ecológico y cuando hablamos de la “salud corporal” o de “salud mental”, son meros compartimentos descriptivos para enfocar su estudio.

Resumiendo visualmente lo desarrollado:

Nota del Lic. Leandro Javier Pérez Surraco

Si a nivel personal o dentro de tu grupo de trabajo buscas mejorar la armonía cuerpo – emociones – pensamientos para aumentar tu bienestar y tu resiliencia, puedes escribirnos a CONTACTO Bienestar Resiliente.

Bibliografía Complementaria

  • The Habit Handbook: Control your habits Command your life. Jack Morris. 2016
  • Self Discipline Mindset: Why Self Discipline Is Lacking in Most and How to Unleash It Now. Curtis Leone. 2016
  • Grit: The Power of Passion and Perseverance. Angela Duckworth. 2016
  • Breathing Slower and Less: The Greatest Health Discovery Ever. Artour Rakhimov, PhD. 2007
  • The Oxygen Advantage: Simple, scientifically proven breathing techniques to help you become healthier, slimmer, faster, and fitter. Patrick McKeown. 2016
  • Yoga Anatomy. Leslie Kaminoff & Amy Matthews. 2011
  • Deep Nutrition: Why Your Genes Need Traditional Food. Catherine Shanahan MD. 2017
  • The Microbiome Diet: The Scientifically Proven Way to Restore Your Gut Health and Achieve Permanent Weight Loss. Raphael Kellman MD. 2014
  • The Neurogenesis Diet and Lifestyle: Upgrade Your Brain, Upgrade Your Life. Brant Cortright PhD. 2015
  • The Complete Guide to Fasting: Heal Your Body Through Intermittent, Alternate-Day, and Extended Fasting. Jimmy Moore & Dr. Jason Fung. 2016
  • Sleep Smarter: 21 Essential Strategies to Sleep Your Way to A Better Body, Better Health, and Bigger Success. Shawn Stevenson. 2016

 

Deja un comentario