La brújula, el mapa y un destino
Para transitar el camino de la transformación personal que lleva al bienestar hay que atravesar varias etapas importantes. Primero debo saber adónde estoy parado ahora mismo y que dirección quiero tomar.
Aquí juega un papel clave lograr la claridad mental necesaria para elaborar un enunciado de misión personal. El enunciado de misión es el resultado final de un ejercicio de reflexión profundo, honesto y sincero que arroja luz sobre mis propios valores y creencias, sobre la contribución y el legado que quiero dejar. Como cualquier otro viaje, esto requiere de una brújula, un mapa y un destino, en caso contrario, la navegación seguramente termina en cualquier parte…
Partiendo desde la integridad conmigo mismo, debo observar y asegurar la coherencia y la consistencia en dos ejes fundamentales:
Ser->Hacer->Tener
Pensar->Sentir->Decir->Hacer
Una vez que ya tengo clara la dirección, debo empezar a ver con que equipo cuento para esta travesía: cuáles son las fortalezas, dones, talentos, habilidades que me hacen único y con las cuales el camino será mucho más fácil. Mirando mi pasado, seguramente seré capaz de encontrar muchos ejemplos de cosas que he logrado. Cosas que hice muy bien y en donde se puso de manifiesto las competencias y talentos que poseo.
También es importante identificar los potenciales problemas que pueden ocurrir en este viaje. Obstáculos y barreras que me pueden demorar, me tiran hacia atrás y me sabotean. Debo analizar aquí en profundidad mis miedos y creencias limitantes. Estos son los peores enemigos que tengo durante el viaje, porque viajan siempre conmigo. Una vez más, la sinceridad y la honestidad con uno mismo para encontrar esos miedos, es fundamental.
A continuación debo analizar las brechas de aprendizaje. Adonde visualizo áreas que necesito claramente mejorar y desarrollar para poder apalancar ventajas y no exponer mis debilidades.
Comparar donde me veo ahora mismo y donde quisiera estar en cada una de las dimensiones vitales más relevantes:
- La corporalidad (ejercicio, nutrición, respiración, hidratación, meditación, descanso, estrés)
- La relación y el contacto con la naturaleza
- La diversión, la recreación y el ocio
- El bienestar económico y el trabajo
- Las relaciones sociales significativas (amigos, familia, afectos)
- La contribución y legado a la comunidad, el equipo, la sociedad
- El aprendizaje, el desarrollo, artes, hobbies y fuentes de inspiración
- El sentido, propósito trascendente, lo espiritual.
Energía
También es importante descubrir si hay brechas de energía, esto significa evaluar adonde estoy poniendo la energía que tengo en este momento, qué cosas drenan mi energía y qué cosas me llenan de energía.
Una vez que tengo todos estos aspectos bien claros e identificados, tengo que asignar prioridades, tiempos, métricas y hacer un Plan de Acción Integrado de tal modo que lo que es importante para mí, siempre encuentre un lugar en mi agenda.
Este plan de acción integrado es súper importante porque son demasiadas cosas, muy heterogéneas y con limitado tiempo disponible. Si no me organizo muy bien, pongo prioridades, metas realistas, reviso, simplifico y doy seguimiento frecuente, voy a un fracaso seguro.
Disciplina
Con el plan de acción ya terminado, viene la etapa de implementación o ejecución. En esta etapa la clave es la acción disciplinada, para lograr el cambio y la instalación de nuevos hábitos.
Disciplina significa, en este contexto, que aún no siento placer de hacer muchas cosas que he planificado hacer, por lo tanto, debo hacerlas sin buscar excusas ni escaparme. Solo hacerlas (como dice el slogan de Nike, Just Do It). Si logro mantener una ejecución disciplinada durante un tiempo prudencial y con cadencia sostenida, instalaré nuevos hábitos que luego ya me saldrán en modo automático y me costarán cada vez menos hasta hacerlos como una especie de ritual y con placer.
Con hábitos sostenidos en el tiempo, consistentemente, chequeando a menudo mi plan de acción integrado, y mirando cada tanto “la brújula” (Enunciado de Misión Personal) para asegurarme que no me desvío del curso trazado, tengo muy buena oportunidad de llegar a destino.
Me puedo dar cuenta cuando me siento saludable, contento, autorrealizado, contribuyendo a alguna causa y en armonía con los demás.
Si a nivel personal o bien dentro de tu grupo de trabajo buscas mejorar tu bienestar y tu salud de una manera integral y planificada, puedes escribirnos desde CONTACTO a Bienestar Resiliente.