La secuencia de un «burnout» o síndrome de «quemado»

La mente humana no es un programa ni opera con algoritmos… Es diversa, variable y compleja. Aun así, el burnout como proceso pasa por una serie de etapas o estadios sucesivos y, con mayor o  menor velocidad de avance, transita hacia la recuperación.

Las etapas descriptas son tan solo indicativas. No constituyen un dogma, ni un protocolo ni una lista para chequear. Por el contrario, pueden darse todas o simplemente algunas de ellas. Estas etapas pueden contraerse o alargarse según la gravedad del caso individual y el contexto particular.

Lo importante es centrarse en que el burnout es algo temporal y puede superarse. Siempre hay que seguir todas las directivas y consejos de los distintos profesionales que asisten a cada paciente desde sus distintas disciplinas y abordajes terapéuticos. Compartir esta información es útil, ante todo, para la prevención y si no ha llegado a tiempo, para comprender lo que puedo esperar en material de evolución.

 

  1. UN COMIENZO CONOCIDO: Todos conocemos sobre la existencia del estrés, la sobrecarga, el apuro, la falta de tiempo, la ansiedad, las fechas límite, un jefe malnacido, un ambiente de trabajo «tóxico», los problemas en casa, los problemas económicos, con los hijos, con padres viejos que requieren cuidado, etc. El “efecto sumatoria” , la escalada por rumiación mental y la cronicidad de los estresores sin solución de continuidad es el origen del burnout. Estresores crónicos combinados con la incapacidad de recuperarse, descansar, recrearse o desconectar.
  2. LAS PRIMERAS SEÑALES: falta de concentración, rendimiento pobre, insomnio, horarios extendidos, fines de semana conectados, preocupaciones, irritabilidad, inestabilidad, mal humor recurrente, sensación de no avanzar, falta de logros, agotamiento emocional, cansancio, aburrimiento, baja autoestima, sinsentido, alienación, etc.
  3. LA SORPRESA DE QUE YO SOY EL VULNERABLE: Lo que parecía un problema lejano y que solo le ocurre a “otros”, me está pasando a mí. Al principio pienso que no es posible, que ya se me va a pasar.
  4. EL QUIEBRE: Un cierto día se produce el quiebre. La voluntad se esfuma, el desgano es total, el agotamiento emocional y la falta de energía me paralizan, el sinsentido en mi vida no se tolera. Algunos tienen una crisis de ansiedad y no logran respirar bien, otros se sienten tan mal que no se pueden mover de la cama, otros tienen palpitaciones, el cuadro es muy variable. 
  5. MEDICO U HOSPITALIZACION: La persona va al médico o al hospital tratando de entender lo que le pasa a su cuerpo y a su mente. Por qué se siente de esa manera.
  6. EL (¿CORRECTO?) DIAGNOSTICO: Si tenemos suerte y el médico hace bien su trabajo, tendré un primer diagnóstico y/o hasta una probable derivación al psiquiatra.
  7. LA LICENCIA MEDICA: Generalmente luego de un episodio agudo desencadenante, la persona se va a su casa con una licencia médica temporal y hasta medicado (con ansiolíticos, antidepresivos o alguna combinación acorde al diagnóstico médico).
  8. LA NEGACION: Como en todo proceso de cambio doloroso o traumático, se puede aplicar el modelo de curva de Kubler-Ross (ver Figura 1, abajo). Y lo primero en llegar es la negación: ¿Por qué a mí? ¿Por qué yo? ¿Cómo llegué hasta este punto?
  9. DESCANSO Y DESCONEXION PARA LA RECUPERACION: Lo mejor es aceptar lo ocurrido, descansar y desconectarse de todo. Forzar más la máquina del cuerpo sería peligroso y hasta negligente. 
  10. TIEMPO Y LA PACIENCIA: Hay que aprender a esperar con gran paciencia y sin tener un plan demasiado claro. El lema en esta fase es: vivir un día a la vez. Solo recuperarse.
  11. EL ROLLER COASTER: No hay nada que se parezca a una línea recta. Hay valles y picos. Días malos, días peores y días buenos se alternan sin mucha capacidad de predecir la razón de tanta variabilidad. Conforme avanza el tiempo los días buenos se van haciendo más numerosos y frecuentes que los días malos.
  12. LA AYUDA DE LA RED AFECTIVA: Aprovechar la red social afectiva más cercana y el círculo más íntimo. Expandirlo al propio criterio, al propio tiempo y a lo que uno crea conveniente. No hay un libreto ni una receta mágica, solo uno sabe a quién quiere tener cerca, cuándo y cuánto tiempo.
  13. LA AYUDA PROFESIONAL: La ayuda profesional no es algo opcional llegado este punto. En base a la gravedad del caso uno decidirá que profesionales son más apropiados (Medico, Psiquiatra, Psicólogo, Psicoterapeuta, Coach o una combinación de los anteriores).
  14. LA AYUDA DE EX PACIENTES: Puede resultar de ayuda conversar con otras personas que hayan pasado por un proceso similar. Sirve para poner todo en una perspectiva temporal y no alimentar el miedo y la ansiedad.
  15. ACEPTAR  LO INCIERTO, LO AMBIGUO Y LO INDEFINIDO: En esta etapa uno NO puede pensar con la mente profesional (ej.): necesito definiciones claras, tiempos estimados, un calendario, un plan de acción concreto, saber cuando voy a volver al trabajo, etc. Nada de eso es posible (no todavía). Más bien aceptar lo que es, como es. No forzar. No acelerar. No esperar nada demasiado planificado. Las grandes expectativas en esta etapa solo causan mayor estrés. Hay que recuperar fuerzas (¡y en particular la fuerza de voluntad!). 
  16. RECURSOS Y HERRAMIENTAS: Las herramientas son las que brindan los profesionales. Son de uso progresivo. Ayudan a salir del pozo en la fase aguda y luego a facilitar cambios saludables y duraderos. Hay una gran variedad de recursos que van desde los propios fármacos hasta nuevos marcos conceptuales, emocionales, de auto-conocimiento, de auto-transformación, meditación, ejercicio, nutrición, etc. Todos se van sucediendo en el tiempo para entender lo ocurrido y, mucho más importante, para salir adelante y evitar una potencial recaída.
  17. RETOMAR MI RESPONSABILIDAD: En la medida en que voy mejorando me voy haciendo cargo de trabajar con mi mente, con mis emociones y con mis acciones para moverme hacia adelante y no quedarme estancado.
  18. EL REENCUENTRO CON “LO HUMANO”: Es un tiempo duro pero también lleno de satisfacciones y gratificaciones. Estar vulnerable nos abre y nos reconecta a la dimensión humana. Uno encuentra mucha gente valiosa, sensible y siempre dispuesta a tender una mano sin esperar nada a cambio. Aparecen amigos y afectos impensados.
  19. CAMBIO, OPTIMISMO Y ESPERANZA: Una actitud positiva y optimista ayuda mucho a la recuperación. Ver la luz al final del túnel. Ver lo actual como una fase o estadio pasajero. Centrarse en el futuro, en la mejora, en el cambio y en el aprendizaje durante la jornada.
  20.  CORAJE Y RESILIENCIA PERSONAL: Victimizarse y auto-compadecerse no conduce a ninguna mejora. Aceptar, mirar hacia adelante y moverse con coraje y con la decisión de estar mejor, sí. Hay que apelar a toda la red de recursos internos y externos que uno tiene, que ya han funcionado con éxito en el pasado y durante otros tiempos difíciles. Apoyarse en las fortalezas y en cualquier cosa que me llene de energía y vitalidad.
  21. RECONEXIÓN PROGRESIVA Y CON PEQUEÑOS PASOS: Conecto con lo que me puedo conectar. Un paso por la vez. No puedo estresarme por salir del estrés… Re-encuentro mis áreas de motivación, hobbies, actividad física, meditación, yoga, lo que sea que me llene, me alegre, me resulte placentero o simplemente me saque del bucle de pensamientos <-> emociones negativas. Sin agendas rígidas ni presiones. Tal cual como cuando uno se recupera de una lesión o de una cirugía, si causa molestia o dolor, mejor detenerse.
  22. EXPLICAR, RE-ENMARCAR Y ASIMILAR LO OCURRIDO: Con el avance del proceso de recuperación, llega la posibilidad de armar una primera narrativa, de re-enmarcar y asimilar lo ocurrido para poder soltarlo y dejarlo atrás como otra valiosa experiencia.
  23. EXPLORACION DE ALTERNATIVAS NOVEDOSAS O NUEVAS AREAS DE INTERES: Aquí se plantea la posibilidad de encontrar un verdadero espacio de oportunidad, de hallar nuevas creencias, nuevas motivaciones, nuevas conexiones, una renovación necesaria. Un tiempo (tal vez) para tirar cosas por la borda que ya no me sirven. Revisar mi misión personal, mi propósito de vida, mi visión, mi red social afectiva, mi auto-realización en el trabajo y otras cosas de fundamental importancia. En los casos en que se haya prescripto una medicación, es siempre el médico quien evalúa e indica cuando y de qué manera es apropiado reducir la dosis o dar por finalizado el tratamiento. La seguridad ante todo.
  24. LA TRANSFORMACION COMO SALIDA. CRECIMIENTO Y FORTALECIMIENTO PERSONAL: La salida del Burnout es como toda salida de un proceso de sufrimiento. Hay un evidente fortalecimiento. Hay un crecimiento personal profundo, hay una transformación y un desarrollo que nos conduce a otro nivel. Se da un antes y un después. La mirada retrospectiva solo dejará en pie aquello que es constructivo y positivo. El resto habrá quedado atrás.

 

Si a nivel personal o bien dentro de tu grupo de trabajo crees que el estrés se ha vuelto un problema crónico, puedes escribirnos desde CONTACTO a Bienestar Resiliente. Te ayudaremos !

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