Longevidad saludable

Vivir más y vivir mejor

En las últimas décadas, hemos sido testigos de un aumento significativo en la esperanza de vida a nivel mundial. Los países desarrollados, con mejor acceso a cuidados de salud, educación y bienestar socio-económico presentan una mayor longevidad. 

Sin embargo, vivir más años no siempre se traduce en vivir mejor. Es por ello que aparece el interesante concepto de «healthspan», que se puede traducir como longevidad saludable (span = lapso o extensión; health = salud), en una clara diferenciación con el término «lifespan» (longevidad, lapso o extensión de vida). 
Efectivamente, se trata de vivir más años, pero libre de enfermedades y de discapacidades significativas. El objetivo no es coleccionar más y más años de vida, sino añadirle calidad de vida y bienestar a esos años.

¿Qué es la longevidad saludable?

Es envejecer manteniendo la funcionalidad física, mental y emocional. Es evitar las enfermedades y las medicaciones crónicas, poder disfrutar del apoyo de familiares, amigos y comunidad mientras avanzamos en nuestro ciclo de vida. No se pretende aquí una ausencia total de enfermedades, sino la preservación de aquellas capacidades clave para que la persona preserve su autonomía, su independencia, su lucidez mental, las capacidades cognitivas, la movilidad y un rol, propósito o contribución dentro de su comunidad.

Medir la calidad de los años vividos

Campos como la demografía de la salud y la epidemiología del envejecimiento se dedican a estudiar la salud de las poblaciones y sus cambios a lo largo del eje temporal. Estas disciplinas incorporan e integran conocimientos de sociología, medicina, economía, gerontología, estadísticas de la salud, psiquiatría y psicología.  Su objetivo es comprender los factores y variables que influyen en la longevidad saludable, aplicando herramientas y modelos científicos basados en la evidencia. Todo esto para poder mejorar la calidad de vida y el bienestar de las comunidades.
Tradicionalmente, la salud de una población se medía con indicadores como la mortalidad, la esperanza o expectativa de vida y la mortalidad infantil. Sin embargo, el aumento generalizado de la longevidad en todo el mundo, ha llevado a la necesidad de un enfoque que incluya la calidad de vida.
Se han desarrollado métricas que combinan múltiples datos de mortalidad, morbilidad y salud para ofrecer una visión más amplia y completa del nivel de bienestar en una población.
Un buen ejemplo de todo esto puesto en acción son los hallazgos en las llamadas «blue zones» que se describen muy bien en el libro con ese nombre de Dan Buettner.

Claves para una longevidad saludable

Una longevidad saludable (healthspan) no está determinada por un único factor, sino por una compleja interacción de múltiples elementos intrínsecos y extrínsecos, personales y ambientales.

Si bien la genética juega su papel, cada vez hay más evidencia de que son una serie de variables modificables (bajo nuestra propia influencia), las que correlacionan con una mejor calidad de vida en la vejez. Las doce variables principales se agrupan en la siguiente ilustración. Factores que influyen en la longevidad Para mayor detalle de cómo impacta cada una de estas variables, puedes ingresar en esta  tabla adjunta.

Moléculas «anti-envejecimiento»

Más allá de las numerosas pretensiones milagrosas de pseudo-gurúes, de una fauna de «influencers» irresponsables, y una industria inescrupulosa que solo busca lucrar, existen dentro de la investigación médica un gran número de moléculas con evidencia «más que razonable» en favor de su contribución a un envejecimiento con mayor calidad de vida.
Muchas de estas moléculas requieren aún de más datos, pero su uso (empírico, y no tanto), se ha ido extendiendo.
Ni siquiera en los fármacos con más de cincuenta años en el mercado, hay total «certeza de seguridad». Siempre una nueva investigación puede arrojar luz sobre aspectos previamente desconocidos o, simplemente, mal interpretados. La seguridad total no existe.
Lo cierto es que la nutrición basada en la evidencia se ha desarrollado enormemente, y hay ya muchos suplementos naturales, suplementos nutracéuticos, vitaminas, minerales y oligoelementos que son bastante confiables y seguros en la dosis correcta.
Algunos provienen de plantas (fitoquímicos purificados o en extracto), y otros son de origen sintético (industria farmoquímica tradicional).
A modo ilustrativo, tienen aquí una tabla con las moléculas «anti-envejecimiento» o anti-aging que están recibiendo mayor atención. Solo para los interesados en tener mayor detalle sobre este tema.

Conclusiones

Extender y mejorar la calidad de vida durante la vejez es un objetivo alcanzable a través de un enfoque multifactorial que involucra elecciones individuales de estilo de vida.
La instalación de hábitos saludables durante la juventud y la madurez, redundará siempre en mejores condiciones de salud y bienestar durante la vejez.
En caso contrario, el avanzado sistema médico-hospitalario actual asegura la supervivencia de los pacientes con varias enfermedades crónicas, varias medicaciones simultáneas y significativas discapacidades motoras y/o cognitivas. Todo ello conduce a un cuadro de longevidad con baja calidad, a un alto costo tanto emocional como económico. Los problemas de las personas mayores se transforman rápidamente en problemas para toda la familia y para el sistema de salud social gubernamental.   
Podemos aspirar a vivir no solo más años, sino también con mayor vitalidad, autonomía, independencia y bienestar. Esto demanda de cierto conocimiento, disciplina y compromiso personal para sostener un conjunto de hábitos saludables a lo largo de muchos años. 
La dieta especial de una semana no sirve, el pase de gimnasio de un mes no sirve, dejar la comida chatarra dos semanas tampoco. Sólo los hábitos y rutinas que perduran muchos años.
Nota del Lic. Leandro Javier Pérez Surraco


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